viernes, 22 de julio de 2016

REFLEXIÓN: Devuelveme mis manitas







Una familia se había comprado un auto nuevo, 
O km, hermoso, por donde ser mire: el tapizado, el color...todo. 
El padre amaba ese auto, su esfuerzo estaba ahí. 

Un día salieron a pasear el Sr., la Sra. 
y su pequeño hijo de tan sólo 3 años. 
Pasaron por una gasolinera, bajaron los señores 
y el niño se quedó en el auto. 

El pequeño encontró un marcador 
y como es de suponer empezó a rallar todo el asiento. 

Él estaba feliz haciendo dibujitos en la tapicería del carro. 
Con un gran entusiasmo y amor, 
ya que los niños hacen sus cosas en esta condición. 
Él seguía pintando y pintando. 

Al subirse los padres al carro 
y ver la atrocidad que había hecho su hijo, 
le empezaron a pegar en sus manitas hasta que se cansaron. 

El papá le dijo: 
Ya sabes que los marcadores son únicamente 
para dibujar en papeles que nosotros te prestemos. 

A ver si aprendes la lección...!!! 
Pegándole otra vez y sacando su furia, 
lo golpeaba con el llavero y las llaves del carro. 

Al llegar a su casa vieron que el niño estaba en mal estado 
y decidieron llevarlo al hospital. 

Después de varias horas, sale el médico y les dice 
Las cosas se complicaron y tenemos que amputar las manitas... 
Si no lo hacemos ahorita 
corremos el riesgo de una gangrena en los brazos. 

No podían creer lo que estaban oyendo. 
Era imposible que creer lo que el médico les había anunciado...

Cuando el niño salió de cuidados intensivos los médicos 
dijeron a sus papás que ya podían entrar a verlo. 

Entrando el padre a la habitación envuelto en lágrimas... 
el niño le dice: 

¡Hola papi... ya aprendí la lección... 
no lo voy a hacer más papi... Pero por favor devuélveme mis manitas! 

El padre salió de aquella habitación y se suicidó... 

¿Por qué le damos tanta importancia 
a las cosas materiales al grado de lástimar 
a nuestros seres queridos? 

¡QUÉ GRAN ESTUPIDEZ NO! 

Los niños son difíciles de tratar. 
El gran problema es de nosotros los padres 
por nuestra gran torpeza e impaciencia. 

Recuerda tú y yo alguna vez fuimos niños, 
también hicimos travesuras en alguna ocasión. 
Yo no sé tú, pero yo no quisiera este tipo de vida para mis hijos.
Muestrales tu cariño, que se sientan importantes 
y recuerda que los niños sólo dan lo que reciben. 

UNA GRAN MICRO-REFLEXIÓN: "Un día nací, un día moriré, pero...¿estoy realmente viviendo?