Cuando los hijos se van,
y yo me siento a la mesa
una profunda tristeza
a mi me suele embargar
veo la casa tan triste
miro las sillas vacías
donde están los hijos míos
porque los deje marchar (bis)
Cuando los hijos se van,
te queda el deber cumplido
si no son agradecidos
los tendrás que perdonar;
es el deber de los padres
quererlos hasta la muerte
pero hay madres sin suerte
que no tuvieron jamás.
Una caricia un consuelo
de los hijos que se olvidan
que madre tan solo hay una
cuando forman un hogar;
una caricia un consuelo
de los hijos que se olvidan
que madre tan solo hay una
y como ella ninguna.